Podemos, IU y Más Madrid no ocuparán ninguna de las portavocías en el grupo parlamentario de Sumar en el Congreso y, por lo tanto, no podrán registrar iniciativas por su cuenta en la Cámara Baja ni tendrán un referente propio dentro del grupo. Así se confirmó este miércoles tras la reunión que mantuvieron los diputados de Sumar bajo la presidencia de la líder de la coalición, Yolanda Díaz, que rechazó rectificar la decisión que adoptó hace unos días pese a las protestas tanto de Podemos como de IU, que habían pedido seguir ocupando, como hasta ahora, portavocías adjuntas en el grupo.
Ambas formaciones sí tendrán representantes en la dirección del grupo parlamentario, que estará formada por 14 personas. Sin embargo, esta concesión no supone ninguna ventaja para ellas, porque todos los partidos de la coalición Sumar van a tener un integrante en este órgano, en el que los dirigentes afines a Díaz también tendrán una holgada mayoría: la propia líder será la máxima dirigente y estará acompañada de la portavoz del grupo parlamentario, Marta Lois, y de su secretario general, Txema Guijarro, además de por el diputado vasco Lander Martínez.
En la dirección del grupo parlamentario, Podemos estará representado por su secretaria de Organización, Lilith Verstrynge, mientras a IU la representará el secretario general del PCE, Enrique Santiago. Íñigo Errejón hará lo propio con Más Madrid, que al igual que los morados y la federación que lidera Alberto Garzón tampoco ha conseguido ninguna de las portavocías adjuntas del grupo parlamentario de Sumar, pese a haber sido uno de los pilares en los que se apoyó Díaz en la campaña electoral y en el periodo de construcción de su partido político.
Fuentes de Sumar admiten que no está muy claro cuáles serán las funciones de esta dirección del grupo parlamentario a la hora de coordinar a todos los partidos de la coalición, y tampoco detallan con cuánta frecuencia se va a reunir. No obstante, sí concretan que una parte de su cometido será la puesta en común de los puntos de vista de las ocho formaciones con representación parlamentaria que componen Sumar —el propio Movimiento Sumar de Díaz, Podemos, IU, Más Madrid, En Comú Podem, Compromís, Chunta y Més—, tal y como se hacía en Unidas Podemos en un órgano informal conocido como Mesa Confederal.
Por otra parte, fuentes conocedoras del contenido de las dos reuniones de este miércoles —antes del encuentro con el grupo parlamentario al completo, Díaz mantuvo otro más reducido con los partidos de Sumar— explican que Podemos e IU volvieron a expresar su descontento por haberse quedado sin portavocías adjuntas en el Congreso. Todas las formaciones daban por hecho que Díaz iba a colocar en los puestos principales a personas de su máxima confianza, como así ha ocurrido. Pero Garzón y los morados contaban, al menos, con mantener cada uno una portavocía adjunta, al ser —junto a En Comú Podem, el partido de Ada Colau— los partidos que más diputados tienen, cinco cada uno, a excepción de los afines a la propia Díaz, que son diez.
La líder de Sumar, no obstante, ni siquiera quiso entrar a discutir este miércoles la rectificación que le pedían Podemos e IU, ni tampoco la propuesta alternativa de los de Garzón: que se estableciera un sistema de rotación durante la legislatura para que todos los partidos que componen la coalición ocuparan durante un tiempo las portavocías adjuntas, teniendo en cuenta la importancia cuantitativa de cada uno. Por tanto, los portavoces adjuntos de Sumar serán Aina Vidal, de En Comú Podem; Águeda Micó, de Compromís; y Jorge Pueyo, de la Chunta Aragonesista, que alternará su puesto con el representante de Més per Mallorca, Vicenç Vidal. Eso pese a que Compromís, Chunta y Més pesan mucho menos en el grupo que Podemos e IU.
Las comisiones, para más adelante
En las reuniones de este miércoles no se abordó el reparto de las portavocías y las presidencias de comisión que corresponderán a Sumar, la vía por la que podría compensarse a Podemos, IU y Más Madrid su exclusión de las portavocías del grupo. Las comisiones son los grupos reducidos de diputados que reproducen la estructura de los ministerios y que se encargan de debatir, tramitar y enmendar las iniciativas legislativas que les correspondan en virtud de su área temática. Ser portavoz de un grupo en ellas otorga visibilidad, y presidirlas tiene además otras ventajas.
En la pasada legislatura, los 35 diputados de Unidas Podemos le sirvieron para presidir seis comisiones del Congreso, si bien el reparto entre los partidos para los próximos cuatro años aún no se ha cerrado. Presidir una comisión en el Congreso tiene varias ventajas, aunque la principal es de orden económico y de recursos. Los presidentes de comisión cobran un 50% más que los diputados rasos, 4.716 euros mensuales brutos, lo que en muchas ocasiones beneficia a sus partidos, puesto que buena parte de las formaciones obligan a sus dirigentes a donar una parte del salario a las arcas de la organización.
Pero, además, los presidentes de comisión tienen derecho a designar un asesor —un liberado, en jerga parlamentaria—, algo que es especialmente goloso, en este caso, para Podemos. Los morados han visto drásticamente reducida la cuota de personal que les corresponde por su representación en el Congreso, al haber pasado de ser el partido más importante de Unidas Podemos a tener tan solo cinco de los 31 diputados de Sumar. Y cuanto menos personal tiene un partido, más difícil tiene mantener su visibilidad, ya que estos puestos de asesor sirven para contratar a responsables de diseño, gestores de redes sociales, montadores de vídeo o responsables de prensa, por ejemplo.
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